La reflexión sobre la sociedad actual a través de la escultura protagoniza esta nueva exposición de Isaac Cordal (Pontevedra, 1974) en las salas de la Galería Javier Marín. El modelado del alambre y las sombras inmateriales como capacidades representativas del cuerpo humano que pudimos ver en su anterior propuesta en la galería dan paso ahora al cemento, un material industrial que representa la huella del hombre en el entorno natural, una huella que no se puede camuflar y que ha ofrecido un resultado brutal en la sociedad civilizada.
La ciudad es un invento tan antiguo como el caos de seres hacinados al calor y a la crueldad que la ciudad les ha procurado. Ahora bien, la noción de individuo, como unidad de pensamiento y de acción propios, es algo más moderna. Baudelaire recorrió y observó el París reformado por Haussmann. Se dejó arrastrar por la marea urbana, dando origen a un lugar común de la literatura, la filosofía y el arte contemporáneo: la soledad del individuo sumergido en el entorno urbano, la pavorosa capacidad de los grandes núcleos urbanos para engullir la diferencia, para homogeneizar hábitos y ritos, para alimentar la ruina lenta del desarraigo.
A través de un interesante discurso de oposición a esa lepra existencial de lo urbano, Isaac Cordal explora el espacio del SOHO-Málaga en esta su segunda exposición en JM, una zona urbana céntrica de la capital malagueña donde se ubica la galería, mediante instalaciones de su reciente y conocida serie Cement Eclipses, un proyecto que discurre entre los campos de la escultura, la fotografía y el vídeo. La escultura fue utilizada como punto de partida para las intervenciones urbanas que han dado origen a la producción fotográfica y audio-visual que reune la exposición. Estas pequeñas figuras de cemento que se integran en el paisaje urbano representan una metamorfosis en la que el ser humano abandona su papel de ciudadano mimetizándose con la ciudad para convertirse en parte de su mobiliario urbano. En un homenaje al ciudadano común, Cordal retrata a perturbados hombres de negocios que se sumergen acompasados bajo el agua de un charco, a un indigente sentado junto a su perro a la espera de algún cambio en la sociedad, a una ama de casa que vuelve del supermercado con bolsas de la compra, o a un personaje que contempla un pequeño e idílico paisaje que encuentra en la soledad de su paseo cotidiano frente a un Museo. De esta manera el hombre confirma su aislamiento voluntario de la naturaleza, camuflándose entre las aceras, las calles y las paredes en su nuevo hábitat natural. Estos seres diminutos también ocuparán los espacios de la galería al igual que ocuparon las calles malagueñas durante un instante o se quedaron a vivir en aceras, fachadas, voladizos o marquesinas del paisaje local. Toda una serie de actuaciones cargadas de imaginación que Cordal aborda en ocasiones con gran sentido del humor y en otras llenas de un cierto dramatismo pero siempre utilizando grandes dosis de emoción. Un mundo de micro-relatos que encierra la complejidad humana y el papel del hombre en la urbe.
Isaac Cordal, formado en la facultad de Bellas Artes de Pontevedra y licenciado en la especialidad de escultura, reside en la actualidad en Bruselas. Fue fundador junto a otros artistas como Berio Molina ó el colectivo de arte electrónico Ludd34560 de la plataforma “Alg-a”, una comunidad de arte digital libre que actúan desde los procedimientos de la creación sonora, modos de interpretar, producir y presentar. Ha participado en numerosas exposiciones en museos y centros de arte. Ha realizado numerosas intervenciones urbanas y participaciones en festivales en ciudades europeas como Londres, Barcelona, Berlín, Zagreb, Bruselas o Viena. Recientemente se ha publicado “Cement Eclipses. Small interventions in the small city” un monográfico que profundiza en la capacidad del artista sobre la exploración del paisaje urbano y la interrelación con el hombre contemporáneo a través de sus trabajos. (Txt Javier Marín)